
En la Biblia, más precisamente en el Éxodo, se relata cómo Moisés mediante la intervención divina habría logrado separar las aguas para poder pasar hacia la otra orilla para así seguir el camino hacia la tierra prometida.
Científicos del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Estados Unidos y de la Universidad del Colorado, elaboraron un informe en el cual se explica que la separación de las aguas podría haberse debido a que vientos fuertes, de unos 100 km por hora, soplaron durante un tiempo prolongado provocando tal extraño fenómeno.
Esta investigación no tiene por objetivo negar la intervención divina sino que busca examinar la posibilidad real de que un fenómeno similar pueda suceder.
Este estudio se llama “Dinámicas del viento en Suez y el este del delta del Nilo”, y entra las fuentes se cita a un general británico del siglo XIX quien tomó nota de las consecuencias de un viento en las cercanías del lago Tanis. “Llegó un gran vendaval del este y se hizo tan fuerte que tuve que dejar de trabajar y a la mañana siguiente, el lago había desaparecido totalmente y los nativos paseaban por allí sobre el barro”.
Históricamente este misterio de las aguas despertó la curiosidad de la gente acerca de si algo semejante podría volver a ocurrir.
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