Si creía que los tornados son un fenómeno natural relacionado solo con el viento y el agua, se equivoca, también existen los tornados de fuego.
No es un fenómeno jamás visto, puesto que varias historias atestiguan su existencia desde tiempos muy remotos. La más reciente sucedió en Brasil en la última semana del mes de Agosto.
Un tornado o remolino de fuego se produce bajo condiciones especiales, poco frecuentes pero no imposibles. Primeramente el aire debe permanecer mayoritariamente seco y debe haber una fuente de fuego y calor que caliente el aire y lo haga ascender. La convergencia de los vientos y la ascención del aire genera la condición ideal para que, succionadas, las llamas asciendan alcanzando alturas que varían desde los diez metros hasta los cincuenta.
De esta forma el tornado de fuego queda conformado y comienza a desplazarse con ráfagas de viento que pueden alcanzar los 160km/h.
Algunos de los reportes mundiales sobre estos acontecimientos hablan de muertos, como es el caso ocurrido en Japón durante el año 1923, en el que luego de un fuerte terremoto un gran remolino de fuego se formó matando en apenas minutos a 38.000 personas.
De todas formas, encontrarse cara a cara con uno de estos fenómenos es algo muy poco probable y que la mayoría de las veces es fotografíado y observado solo como un suceso extraordinario.
No es un fenómeno jamás visto, puesto que varias historias atestiguan su existencia desde tiempos muy remotos. La más reciente sucedió en Brasil en la última semana del mes de Agosto.
Un tornado o remolino de fuego se produce bajo condiciones especiales, poco frecuentes pero no imposibles. Primeramente el aire debe permanecer mayoritariamente seco y debe haber una fuente de fuego y calor que caliente el aire y lo haga ascender. La convergencia de los vientos y la ascención del aire genera la condición ideal para que, succionadas, las llamas asciendan alcanzando alturas que varían desde los diez metros hasta los cincuenta.
De esta forma el tornado de fuego queda conformado y comienza a desplazarse con ráfagas de viento que pueden alcanzar los 160km/h.
Algunos de los reportes mundiales sobre estos acontecimientos hablan de muertos, como es el caso ocurrido en Japón durante el año 1923, en el que luego de un fuerte terremoto un gran remolino de fuego se formó matando en apenas minutos a 38.000 personas.
De todas formas, encontrarse cara a cara con uno de estos fenómenos es algo muy poco probable y que la mayoría de las veces es fotografíado y observado solo como un suceso extraordinario.
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