La historia decía que un día, un niño pequeño había ingerido los caramelos 'pop rocks' y bebido un refresco de cola. Minutos después, la mezcla que había generado en el estómago provocó una reacción que desembocó en una explosión y su consecuente muerte.
Quizá la historia parezca descabellada cuando se la lee fuera del contexto o cuando no se conoce el producto. Estos caramelos son unas golosinas en forma de granos saborizados que tienen la particularidad de emitir chasquidos y sensación de pequeña explosión en la boca de la persona que lo consume al mezclarse con su saliva.
Según estudios y diversos experimentos se comprobó que una eventual explosión causante de muerte era prácticamente imposible y que esa historia mítica no estaba fundamentada ni comprobada.
Aún así la historia sigue siendo una leyenda y miles de personas al rededor del mundo la recuerdan o realizan experimentos demostrando que el mito es falso. Algo parecido a la creencia de que si se bebe sandía con vino uno se muere, al cuál en otro tiempo le dedicaremos un post.
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